Ilja Tschlaki

LA PEONZA, o Estas cosas no pasan

(Волчок, или так не бывает)

 

Traducción del ruso: Elionor Guntín

(comedia sin final)

Personajes:
Pável
Sveta, Nina, Lena

Piso de una sola habitación. Recibidor.
Pável abre la puerta de entrada, entra Sveta.
 
PÁVEL.   ¡Svétik!
SVETA.   Hola, Pável.
PÁVEL.   Estoy tan contento de que hayas venido. (Trata de abrazarla.)
SVETA.   He venido para hablar en serio. (Entra en la habitación.)
PÁVEL.   Svétik... (La sigue.) Siéntate...
SVETA.   Pável...
PÁVEL.   Me alegro tanto de que hayas venido, creía que...
SVETA.   Espera.
PÁVEL.   No esperaba que vinieras, y aquí estás...
SVETA.   Si no me equivoco, quedamos en vernos hoy.
PÁVEL.   ¡Ah!, ¿sí?
SVETA.   ¿No te acordabas?
PÁVEL.   También podrías no haber venido...
SVETA.   Si te digo que vendré, es que vendré, no hay otra.
PÁVEL.   Pero ya sabes...
SVETA.   Después de diez años estudiando juntos en la misma clase y aún no has aprendido que yo siempre cumplo una promesa, que no miento jamás, que...
PÁVEL.   Eres tan inteligente... (Trata de abrazarla.)
SVETA.   Espera.
PÁVEL.   ¡Svétik! (Trata de besarla.)
SVETA.   Es que no hay forma de que quieras entender que...
PÁVEL.   No quiero.
SVETA.   No quieres entender que he venido para hablar en serio.
PÁVEL.   Después.
SVETA.   No, Pável, ahora.
PÁVEL.   Te escucho...
SVETA.   ¿Puedes dejar de atosigarme un segundo?
PÁVEL.   No puedo.
SVETA.   Entonces me voy.
PÁVEL.   Está bien, de acuerdo, no te atosigo. Un segundo.
SVETA.   Pável...
PÁVEL.   Ya ha pasado el segundo.
SVETA.   Me voy.
PÁVEL.   Está bien, me callo. Habla, te escucho. Svétik.
SVETA.   No quiero darte lecciones, ya no eres un niño, pero tampoco puedo fingir que no pasa nada. No puedes continuar así,
PÁVEL.   Ya eres una persona adulta...

Suena el teléfono.

PÁVEL.   Perdona. (Al teléfono, contesta con cierto desdén) ¿Sí…? ¡Ah!, ¿eres tú?.. No, ¿por qué? Mira, es que ahora estoy ocupado... No, no hay nadie, estoy solo. En serio...(Parece que al otro lado han colgado el teléfono, Pável interrumpe la conversación.)Era mi madre. Me pregunta que con quién estoy. Continúa, te sigo. “Ya eres una persona adulta”.
SVETA.   Ya eres una persona adulta,
PÁVEL.  ..

Suena el teléfono.

PÁVEL.   No hagas caso, será mi madre otra vez.
SVETA.   ¿No quieres hablar con ella?
PÁVEL.   Ya nos hemos dicho todo lo que teníamos que decirnos. “Ya eres una persona adulta”.
SVETA.   Quiero hablar con ella. (Se acerca al teléfono.)
PÁVEL.   Que no, será mejor que hable yo con ella. (Se avanza a
SVETA.   Al teléfono.) Que ya te he dicho que no estoy con nadie.
SVETA.   ¿Por qué mientes? Va, déjame hablar con Yelizaveta Andréyevna.
PÁVEL.   (Al teléfono). Solo te lo ha parecido. Era una voz de hombre. Sí. Era mi voz, la mía.

Al otro lado vuelven a colgar el teléfono.

PÁVEL.   No se lo cree. ¡Hay que ver! Solo me llama por tonterías. Y bien, ¿qué querías decirme?
SVETA.   ¿Por qué has dejado el instituto?
PÁVEL.   Svétik.
SVETA.   Está bien, eso ya lo hablaré con Yelizaveta Andréyevna. Suéltame.
PÁVEL.   No puedo. Cuando estás aquí, me muero por ti.
SVETA.   Te has echado a perder. Te comportas como un niño.
PÁVEL.   Sí.
SVETA.   Ni siquiera te haces la cama.
PÁVEL.   Te estaba esperando.
SVETA.   ¿Tengo que hacértela yo?
PÁVEL.   Al contrario...
SVETA.   Mira cómo me recibes.
PÁVEL.   Con amor.
SVETA.   El amor, Pável, no solo se basa en la cama. El amor es, ante todo, higiene. Llevas una vida de solterón que es indecente...
PÁVEL.   Cariño...
SVETA.   Comportarte como un solterón no te hace más hombre. Acuérdate de los libros que leímos. Tolstói, Chéjov, Gorki, por último. ¿Has visto que salgan hombres de ese tipo en sus obras?
PÁVEL.   Sí, en el drama Los bajos fondos.
SVETA.   Sí, tú sí que estás en los bajos fondos. Ya basta.
PÁVEL.   Svétochka.
SVETA.   Pasha, sienta la cabeza antes de que sea demasiado tarde. Esto acabará mal, ya te lo digo yo. En el último número de Literaturka... ¿Es que no lees la prensa?
PÁVEL.   ¿A qué viene eso?
SVETA.   Pues que en un artículo del último número de Literaturka se describe el proceso de degradación del ser humano. Una mujer inteligente, competente...
PÁVEL.   ¿Y eso qué tiene que ver conmigo?
SVETA.   Pues tiene mucho que ver contigo,
PÁVEL.   Una mujer inteligente, guapa y competente, ves cómo se va convirtiendo en vete a saber qué. Y todo empezó por el instituto. Ella, igual que tú, dejó los estudios...
PÁVEL.   Dame un solo beso, y después dime lo que quieras. (La besa.)
SVETA.   Pasha.
PÁVEL.   Svétik.
SVETA.   Pasha.
PÁVEL.   Querida.
SVETA.   Pues así fue. Dejó el instituto...

Llaman a la puerta.

PÁVEL.   E hizo bien. (Trata de besar a
SVETA.  )
SVETA.   ¿Es que no lo has oído?
PÁVEL.   No quiero oírlo. (Se dirige al recibido, abre la puerta.)

Entra LENA.

LENA.   ¡Pávlik!
PÁVEL.   ¡¿Lena?!
LENA.   ¡Pavlusha!
PÁVEL.   Hola, Len...
LENA.   ¿Qué te ocurre, Pávlik?
PÁVEL.   ¿A mí…? Hola, Len...
LENA.   ¿Estás enfermo?
PÁVEL.   ¿Yo?
LENA.   Dios mío, ¿estás enfermo?
PÁVEL.   No, yo...
LENA.   ¡Pávlik, estás muy enfermo!
PÁVEL.   No, estoy bien, estoy tan contento de que… hayas venido, qué sorpresa…
LENA.   ¿Sorpresa? ¿Tienes fiebre?
PÁVEL.   No lo sé.
LENA.   Tienes fiebre. Tú mismo me dijiste que viniera hoy.
PÁVEL.   ¡¿Hoy?!
LENA.   Estás más pálido que un muerto.
PÁVEL.   Verás...
LENA.   ¿Has comido algo?
PÁVEL.   No, yo...
LENA.   Tienes que meterte en la cama ahora mismo. (Va hacia la habitación.)
PÁVEL.   Lena, Lénochka...

Lena entra en la habitación. Pável la sigue.


Breve pausa.


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